sábado, 15 de septiembre de 2018

Fontibre (Cantabria). Nacimiento del Río Ebro.


Entre los bosques cántabros, cercano a la localidad de Reinosa, y más en concreto, al pequeño pueblo de Fontibre, en una zona de gran belleza forestal y faunística, se esconde el nacimiento de uno de los ríos más importantes de la península.
Aunque parezca mentira, el Ebro, el más caudaloso de España, no nace de una gran cascada propulsada por ibones o antiguos glaciares. Este río nace de un pequeño orificio de proporciones minúsculas, con un humilde caudal. 
Cerca del nacimiento, hay un parking bien señalizado y un pequeño centro de interpretación. A partir de ahí, la ruta se realiza a pie en un camino en muy buen estado de conservación. Recomiendo hacer el recorrido temprano si es temporada alta, ya que disfrutaremos en exclusiva del paisaje de fresnos, chopos y otra gran variedad de vegetación. 


Mientras recorremos el camino, avanzaremos junto al río recién nacido, que crea pequeñas cascadas y corrientes suaves. 
Las márgenes están repletas de aves acuáticas, que se han acomodado en un entorno tan favorable. 


Pato descansa a la orilla del río
Pequeña cascada
Tras unos minutos, llegaremos al orificio que inicia el camino del arroyo, que transcurrirá durante casi mil kilómetros nutriéndose de sus afluentes hasta su desembocadura en el Delta del Ebro (Cataluña). En su camino atraviesa lugares tan emblemáticos como Miranda de Ebro, Logroño o Zaragoza, donde pasa a los pies de la Basílica del Pilar, muy unida socialmente al río. 


Ebro a su paso por Zaragoza. Fuente: Wikipedia
Una vez ya en el nacimiento, encontraremos una pequeña ornacina, dedicada a la Virgen del Pilar, donde la gente hace sus pequeñas ofrendas y rogativas. 

Ornacina atestada de ofrendas
Además de la pequeña figura, que permanece oculta tras las rogativas, se halla en el lugar una columna con una pequeña imagen de la Virgen del Pilar. No se sabe a ciencia cierta por qué el Ebro se vincula tanto con esta virgen ni con Aragón, pero el caso es que este detalle despierta las reticencias de los habitantes cántabros, castellanos, riojanos, catalanes y todos aquellos por donde el río transcurre obviando su paso por dichas tierras. 


Columna de la virgen y orificio del nacimiento
El entorno, el rumor del arroyo, y los bonitos colores que adquiere el agua en este tramo, hacen de este lugar un sitio acogedor y relajante, siempre y cuando no acudamos en horas de máxima afluencia de visitantes. 


Primeros metros del Ebro
Las aguas, vírgenes desde su nacimiento en el pico cercano de Tres Mares y su circo montañoso, van degradándose a medida que avanza su cauce. La presencia dañina del ser humano repercute en la flora y fauna del Ebro como en la mayoría de ríos donde el hombre se ha asentado. Químicos, restos de medicamentos, basura, incluso partículas de droga como la cocaína, envenenan sus aguas, llegando completamente contaminadas a su desembocadura y contaminando a su vez el Mar Mediterráneo. A la hora de reivindicar la titularidad del río, todos ponen empeño en acercar "el ascua a su sardina", pero a la hora de preservarlo y mantenerlo, nadie se hace responsable. 
Cuando el Ebro, debido al deshielo o a las lluvias, o a la conjunción de ambos factores, desborda y anega campos y casas, todos los afectados protestan fervientemente. En mi opinión, las fuerzas de la naturaleza son incontrolables, por lo que no debemos ocupar espacios que son del río, y si lo hacemos, debemos de saber de antemano que la partida está perdida antes de iniciarse. 


Los casi 5.000 vertidos autorizados, sumados a los no autorizados, y los "accidentes" ocurridos tiempo atrás, no deberían repetirse, pues el Ebro es fuente de vida, o debería de serlo. 
En conclusión, el nacimiento del Ebro debería ser visitado, sobre todo para tomar conciencia de su belleza, su importancia, y lo que estamos perdiendo a base de contaminantes artificiales. 


ACTUALIZACIÓN IMPORTANTE: los expertos han descubierto que realmente el Ebro no nace en Fontibre, sino a una altura más considerable, en el pico Tres Mares (unos 15 km al oeste). Aunque este hecho fue demostrado tras añadir al agua de dicho pico un tinte oscuro que apareció en Fontibre, en muchas fuentes la noticia no parece haber tenido la repercusión obligatoria y necesaria. El pico Tres Mares se encuentra  a una altitud de 2173 metros. Toma su nombre del nacimiento de tres ríos, que desembocan en 3 mares distintos. El Pisuerga (afluente del Duero), el Nansa y el río Hijar, que se traslada subterráneamente hasta Fontibre, donde cambia de nombre pasándose a llamar río Ebro. 

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